Los 5 momentazos del pavé en 2016
Con la temporada de clásicas adoquinadas a la vuelta de la esquina, repasamos los cinco momentazos que nos brindaron las piedras la temporada pasada.
Como es habitual, con la Omloop Het Nieuwsblad se da el pistoletazo de salida a la temporada de clásicas adoquinadas. El pavé del norte se viste de gala para recibir a los grandes gallos sobre piedras. Es tiempo de épica, de ataques, de exhibiciones. Eso es precisamente lo que nos gusta a los aficionados y periodistas que siguen el mundo del ciclismo, las grandes gestas que se forjan con cabalgadas lejanas en solitario o con ataques de ensueño ante rivales de enjundia. Con las clásicas a la vuelta de la esquina, hacemos memoria y repasamos los cinco momentazos sobre adoquín que nos dejó la temporada 2016.
Las piernas de Sagan aniquilan a sus rivales en Flandes
Ataviado con el maillot arcoíris –todavía antes de reeditar su título en Oriente Medio-, Peter Sagan cuajó una carrera perfecta. Estuvo en el corte bueno, el provocado por Kwiatkowski y, llegados a los últimos veinte minutos, fue el auténtico señor de la prueba. A ritmo, en el Oude Kwaremont, se quedó solo con Vanmarcke mientras Cancellara intentaba llegar a ellos a base de épica. Kilómetros más adelante, repetición en el Paterberg: Sagan, sentado, a ritmo, con potencia de piernas, soltó a Vanmarcke que cayó en los brazos de Cancellara. Nadie más volvió a ver al ‘bicho’ hasta el podio de Oudenaarde, donde volvió a destrozar la famosa ‘maldición arcoiris’.
Kwiatkowski se la juega a ‘El Bicho’
Parecía difícil ganarle un uno contra uno a Peter Sagan en este 2016, pero no era imposible. En su terreno, dos hombres consiguieron batirle: Greg Van Avermaet y Michal Kwiatkowski. Centrándonos en este último, y remontándonos hasta la pasada E3 Harelbeke, el Karnemelkbeekstraat dejó solos a los más fuertes de la carrera, Peter Sagan y Michal Kwiatkowski. Eslovaco y polaco colaboraron para jugarse la victoria en el último kilómetro. Y así fue. Sagan cogió la delantera tras el paso por la pancarta, echó la vista atrás, se relajó al ver a su rival tranquilo por el momento, a su rueda, y al grupo a una distancia prudencial. Giró la cabeza de nuevo y esa relajación le costó caro. Aceleró ‘Kwiato’ a sus espaldas y, cuando Sagan se quiso dar cuenta, el de Sky ya le sacaba unos metros decisivos.
Stuyven, al más puro estilo ‘Espartaco’
Impresionante. La exhibición de Jasper Stuyven en la Kurne-Bruselas-Kurne 2016 pasa por ser una de las grandes apariciones de la historia en las clásicas del pavé. Con 23 años, muchos le veían como un buen heredero para Fabian Cancellara en Trek. Si alguien dudaba, lo confirmó en Bélgica. Cuando la carrera parecía decidida a un sprint masivo, viendo la llegada de la locomotora de Orica para unificar el pelotón, Stuyven se la jugó. En una zona de llano, sin adoquín, sin pendiente, sin apenas dificultad. El joven belga saltó del grupo cabecero sin hacer ruido. Miró hacia atrás, nadie se molestaba. Siguió abriendo hueco, Boonen miró a sus compañeros, y nadie cogía la responsabilidad. Total que, en estas, Stuyven ya tenía una renta superior a los veinte segundos que mantuvo en meta, donde celebró su exhibición, su victoria, un triunfo de futuro emulando al que era su compañero, el gran Fabian Cancellara.
Terpstra se abona a la épica en Le Samyn
Lo que tiene la temporada del pavé es que, cualquier carrera, por mucho que no sea de la mayor categoría, ofrece espectáculo. El amor que profesan los pedreros a su ámbito es increíble. Y sino que se lo digan a los 28 supervivientes de Le Samyn 2016. De los 189 que estuvieron en la salida, menos de una treintena apareció en la meta. Y es que las condiciones de aquel segundo de marzo de 2016 fueron dantescas: lluvia, frío, viento… En estas condiciones, Niki Terpstra fue el amo y señor de la carrera. Era el gran favorito, pero se impuso dando una exhibición. A base de ritmo, en una zona de asfalto que picaba hacia arriba a 15 km de meta, el holandés soltó a sus rivales, incluido el tenaz Twaities que cogió su rueda durante algunos cientos de metros. No tuvo nada que hacer. A 14 km del final, el de Etixx ya cabalgaba solo para certificar su victoria y épica exhibición bajo el arco de meta.
La exhibición de una carrera profesional
Matthew Hayman, un gregario, un trabajador, siempre a las órdenes de otros, decidió revelarse en la pasada París-Roubaix. El premio, la mejor recompensa a una larga carrera deportiva. El ciclista australiano encontró su gran premio a los 38 años y lo hizo siguiendo la línea de toda su vida: a base de perserverancia, sacrificio y esfuerzo. Y es que su exhibición comenzó muy lejos de la meta, cuando el ciclista de Orica jugaba la baza de su equipo metiéndose en la escapada. A ello tenían que jugar los aussies a falta de un líder sólido sobre pavé. Pero lo encontró de la forma más inesperada. Hayman, tras kilómetros y kilómetros en la fuga, se plantó en los últimos kilómetros en el grupo de los más fuertes. Sonó la campana del velódromo con cinco ciclistas jugándose el triunfo. Se abrió nuestro héroe, oteó a sus rivales, aceleró junto al gran Tom Boonen, impuso su bicicleta y lanzó el sprint. De nada sirvió la remontada del belga, el ganador era ¡Matthew Hayman!
BONUS TRACK | El Sagan más ‘freestyler’ en Roubaix
Dos genios, Cancellara y Sagan, se quedaron fuera de la lucha por el triunfo en la última París-Roubaix. El primero fue a causa de una caída, una caída que afectó a ‘Espartaco’ y que dejó en problemas a ‘El Bicho’. Eso sí, tiró de habilidad y logró esquivar al ciclista. Sagan pasó por encima de Cancellara, literalmente, haciendo un caballito. Menudo es el eslovaco. Vio caer a Fabian justo delante de él, echó hacia arriba su rueda delantera para esquivar la Trek y finalizó su peripecia elevando la trasera para superar el obstáculo. No es una exhibición pero, sin duda, es una de las imágenes del pavé en 2016.