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Embajadores de San Patricio

Sean Kelly y Stephen Roche pusieron a Irlanda en el mapa ciclista en los años 80. Mientras Roche se especializó en la grandes vueltas realizando la 'triple corona' -Giro, tour y Mundial en un mismo año-, Kelly era todo el vivo retrato de todoterreno capaz de vencer en nueve Monumentos como ser el primer irlandés en ganar una Vuelta a España.



Años 80 y el ciclismo anglosajón empezaba a pisar fuerte en el ciclismo tradicional. Llegaban desde América ciclistas como Greg Lemond o Steve Bauer, desde Australia Phil Anderson y desde la isla de Irlanda solo dos ciclistas pero de una calidad que se sobresalía del mapa irlandés: Sean Kelly y Stephen Roche. Ambos con un palmares envidiable fueron auténticos embajadores de la Isla Esmeralda.


Sean Kelly, el depredador de récords


Sean Kelly o como le llamaban en el pelotón 'Rey Kelly' fue el prototipo de ciclista total. Comenzó siendo sprinter y terminó luchando por las generales de las grandes vueltas. Podría decirse que fue el precursor de Laurent Jalabert aunque el irlandés dominó los años 80 con mano de hierro sobre todo en las clásicas.

Con una mentalidad como la del 'Caníbal' Eddy Merckx, Kelly salía a disputarlo todo, desde febrero hasta octubre tiene en su palmares nada menos que 194 victorias. A base de raza, tesón y de una fé inquebrantable. Números a día de hoy impensables e inalcanzables.


Sus primeros años destacó como sprinters venciendo en el Tour de Francia y Vuelta a España. No fue hasta 1988 cuando Kelly se dio cuenta que era algo mas que un simple sprinter. El irlandés finalizó en cuarta posición en la Vuelta a España llevándose cinco etapas. Su transformación fue progresiva y comenzó a olvidarse de los sprints masivos, tenía calidad para aspirar a cotas más altas.

En 1982 fue el inicio de un récord hoy vigente: fue la primera de sus siete París Niza consecutivas y la transformación se había completado. Kelly era capaz de vencer en todos los terrenos, adoquines, cotas, vueltas de una semana y en las grandes vueltas siempre esta en cabeza aunque el podium se le resistía.


Por su manos cayeron tres Giro de Lombardía (83, 85 y 91), dos París-Roubaix (84 y 86), dos Milán-San Remo (86 y 92) y dos Lieja-Bastoña-Lieja (84 y 89). Solo le faltó Flandes para completar todos los Momumentos.


En cuanto a las grandes Vueltas fue la ronda española la que mejor se adaptó a las características de Kelly no bajándose del top-10 salvo por abandono como el ocurrido en 1987 cuando iba de líder y un forunculo le impedía montar en bicicleta. Su desgracia fue aliviada al año siguiente con el triunfo en la ronda española, primer irlandés y hasta ahora último en conseguirlo. Sin duda, Kelly son de esos ciclistas que marcaron un época y el último gran clasicómano.



Stephen Roche, un irlandés con carácter


De la misma generación que Kelly, Stephen Roche elevó a Irlanda a cotas insospechadas. Mientras Kelly se enfocaba en las clásicas y 'chocaba' contra las grandes vueltas. Roche se movía como pez en el agua en ellas gracias a su gran fondo físico y sus cualidades de contrarrelojista.


Tuvo una evolución ciclista normal venciendo en pruebas de una semana como la Paris-Niza o ser bronce mundialista, antes de alcanzar en 1985 el podium en el Tour de Francia. Era uno mas de la nueva generación que venía a destronar a Bernard Hinault, sin embargo sus problemas de rodilla le dieron mas de un quebraderos de cabeza. En 1986 fue un año para olvidar pero todo fue compensado al año siguiente, su año mágico.


Participaba en el Giro de Italia con Roberto Visentini (vencedor el año anterior) como líder de su equipo el Carrera que además vestía con la maglia rosa. Sin embargo, Roche no respetó los galones y sabedor que era mejor que Visentini rompió las ordenes de equipo y le atacó para vestirse con la maglia rosa. Este gesto enfureció a los tifossi que le abuchearon en el podium mientras Roche les mandaba callar. Al final Roche se llevó aquella polémica edición de la Corsa Rosa.


Después acudió al primer Tour post-Hinault y pronto se vio que el duelo era entre Pedro Delgado y el irlandés. En 'toma y daca' constante la etapa con final en la Plagne pasó a los anales del Tour de Francia. 'Perico' vestido de amarillo atacó en los primeros kilómetros de la ascensión consciente de que no tenía renta suficiente para la crono. Roche se quedaba y la diferencia aumentaba hasta el minuto. El segoviano estaba sentenciando el Tour a su favor pero en los últimos kilómetros Delgado acusó el esfuerzo y Roche como por arte de magia apareció detrás de Delgado. La imagen de Roche desfondado, recibiendo oxigeno para luego ser trasladado en helicóptero dio la vuelta al mundo y un gran numero de rumores sobre su 'remontada', pero al final Roche se llevó aquel Tour.

Remató el año con el triunfo en el Campeonato del Mundo, consiguiendo la 'Triple Corona' -hecho solo realizado por Eddy Merckx-, un año para enmarcar pero a partir de entonces merced a su maltrecha rodilla fue decayendo hasta retirarse en 1993.


Fotografías: Graham Watson


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